LOS ANTONINOS: El senado dio el imperio a uno de sus miembros, llamado Nerva, moderado en el gobierno, buen jurisconsulto, que casi se limitó a designar su sucesor.
Fundó la dinastía de los Antoninos, pero en lugar de reglamentar la sucesión al trono por el parentesco, procedió por adopción, lo que dio al imperio una serie de excelentes monarcas (96-98).
Trajano, a quien adoptó, era buen general y buen administrador. Rechazó a los dacios (Transilvania actual) en el Danubio y a los partos en el Éufrates. En memoria de sus campañas, se erigió en el Foro la famosa columna trajana.
En Roma devolvió al senado sus antiguos honores y aparentó una gran sencillez. << Seré con los demás, decía, como hubiera querido que los emperadores fuesen conmigo, siendo ciudadano >>. Emprendió grandes trabajos el puente del Danubio, en las Puertas de Hierro, para poder atacar a los dacios; el puente de Alcántara, en España, y el Foro de Trajano, en Roma. Tomó prudentes medidas para reanimar el comercio, la agricultura las artes y las letras. Por último, dio muestras de su humanidad instituyendo la beneficencia pública, institución desconocida hasta entonces, en favor de los niños pobres, que fueron educados a costa del estado. A. partir de aquella fecha, el senado adoptó por fórmula de saludo a los emperadores, la frase siguiente: << Sé más feliz que Augusto y mejor que Trajano >>. Murió en Asia, el año de 117.
APOTEOSIS DE ANTONINO Y DE A EMPERATRIZ
FAUSTINA.
Bajo relieve de la columna de Antonino.
Los emperadores eran deificados después de su muerte; un águila
conducía su alma a los dieses (apoteosis). Aquí, un genio alado
lleva a Antonino y a Faustino. A la derecha aparece Roma apoyada
en el escudo adornado con la loba; a la izquierda, el pueblo
romano.
Adriano, su sucesor, fue un emperador pacifico. Artista ilustrado y viajero infatigable, recorrió el mundo entero con un séquito de arquitectos, reconstruyendo ruinas y edificando nuevos monumentos. Atenas, donde residió, llegó a ser << la ciudad de Adriano >>, por lo mucho que la hermoseó.
Su principal titulo de gloria fue haber fundado la administración. Los empleos de oficinas se habían confiado hasta entonces, a los libertos; Adriano decretó que en lo sucesivo se darían a hombres libres, e instituyó al mismo tiempo la jerarquía. Por lo que hace relación a la justicia, reunió los edictos publicados por los pretores desde siglos atrás y los coordinó formando un texto único, llamado el Edicto Perpetuo. Se puede decir que desde entonces data verdaderamente la organización del imperio (117—138).
Adriano fue reemplazado por Antonino Pío, cuyas relevantes virtudes merecieron que se diera su nombre a esta serie de emperadores. Él escogió un digno sucesor en la persona de Marco Aurelio (161).
Marco Aurelio era un filósofo que, en el trono, continuó practicando las máximas de la filosofía. Fue bueno, humano y desinteresado, y pasó sus ratos de ocio escribiendo los Pensamientos, << admirables sentencias de la sabiduría antigua >>. Protegió a los esclavos y aumentó las instituciones benéficas.
Por una ironía de la suerte, este
emperador, que no amaba sino los libros, estuvo obligado a vivir
en campamentos. Tuvo que defender a Roma amenazada en el Danubio
y en el Éufrates, y murió en campaña, en Viena (578).
Cometió el error de dejar el imperio a su hijo Cómodo, que llegó
a ser un orate sanguinario, como Diocleciano y Nerón, y que
pereció asesinado (192).
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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