HISTORIA DE LA EDAD MEDIA
HISTORIA DE LA EDAD MEDIA PASO A PASO - IDEAL PARA INICIARSE EN LA APASIONANTE HISTORIA ANTIGUA
LA ELECCIÓN DE LOS PAPAS POR LOS CARDENALES: Durante casi veinte años, Hildebrando fue en Roma el se ero de los papas, y quien, por último, inspiró al papa Nicolás II la célebre bula de 1059 que reglamentaba forma de la elección de los papas.
En adelante, el papa debía ser elegido por los cardenales exclusivamente. Los cardenales eran los personajes más importantes del clero romano, y generalmente curas párrocos de las principales parroquias de Roma.
Ninguna decisión influyó tanto como ésta, en el porvenir de la iglesia. La bula de Nicolás II, al dar únicamente a dignatarios eclesiásticos el derecho de nombrar papa, aseguraba la independencia de las elecciones; además, permitía que en lo sucesivo el papa fuese el elegido de la cristiandad, y no el elegido del clero romano, puesto que la dignidad cardenalicia se confirió a prelados de todas las naciones. Dos siglos después (1271) se estableció el uso de encerrar con llave, cum clavis, a los cardenales durante la elección, y desde entonces se llamó cónclave el lugar donde los cardenales se juntan para elegir papa y la misma junta de cardenales.
GREGORIO VII: En 1073, como se encontrara vacante el trono pontifical, el pueblo gritó por las calles: << ¡Hildebrando papa! >> y los cardenales ratificaron inmediatamente la elección popular. Hildebrando tomó el nombre de Gregorio VII.
Tenía cerca de sesenta años; su elección le asustó y entristeció porque preveía los obstáculos que iba a encontrar en el cumplimiento de sus designios. Así lo explicaba él en una carta, en que decía « Un dolor profundo y una tristeza general me oprimen, porque apenas si veo algunos obispos cuya elevación al episcopado y la vida que llevan estén conformes con las leyes de la iglesia. Entre los príncipes no veo ninguno que prefiera el honor de Dios al suyo y la justicia al lucro. »
LA REFORMA DEL CLERO: Gregorio VII emprendió inmediatamente la reforma del clero. Renovó los anatemas que Esteban IXL, por consejo cuyo, fulminé contra la simonía y los obispos y curas: asados. Declaró excluidos de la iglesia a los que habían comprado SU cargo y excluidos igualmente de la misma a los que no se separaran de sus esposas. Prohibió que los cristianos oyeran la misa y recibieran los sacramentos de un cura casado.
La resistencia fue
viva entre los excluidos. Pero casi por todas partes la gente
del pueblo tomando partido contra ellos expulsó de la localidad
a los que un reformador llamaba en un discurso « vacas gordas y
bueyes revoltosos, » y motejaba a las mujeres de « lobas y
sanguijuelas
insaciables ».
