CARTAGO Y ROMA DURANTE LA TREGUA: Esa paz no fue en realidad sino una tregua de veinte años, durante la cual las dos potencias enemigas no cesaron de prosperar aún cuando la una como la otra hubieron de correr muy grave peligro; Roma a causa de los galos y Cartago, de los mercenarios.
Aprovechando Roma las dificultades de Cartago, se había adueñado en tiempo de paz, y despreciando los tratados, de Córcega y de Cerdeña enviado una flota al Adriático y sometido sus costas, cuando fue sorprendida por una colisión de los galos cisalpinos. El terror que cundió en Roma fue inmenso; se proclamó el tumulto, es decir la leva general de los hombres válidos. La superioridad de las armas aseguró a los romanos, en la batalla de Telamón, la victoria sobre los galos, cuyo armamento se reducía a malos sables(225). Los romanos persiguiendo sus victorias, atravesaron el Po, tomaron a Milán y anexaron la Cisalpina (222).
En Cartago, los mercenarios descontentos porque hacia tiempo no recibían la paga a pesar de sus reclamaciones, se sublevaron cuando se les dijo que no había dinero. La guerra fue atroz y duró tres años. Gracias a la habilidad de Amurar, la mayor parte de los mercenarios, cercada en el desfiladero del Hache, pereció de hambre.
Los demás fueron pasados a cuchillo en Túnez donde se habían fortificado. Allí perecieron unos cuarenta mil, y esa revolución se llamó in guerra inexpiable.
AMÍLCAR EN ESPAÑA: El general Amílcar, salvador de Cartago, llegó bien pronto a provocar las sospechas de la aristocracia recelosa, porque era jefe de un partido nuevo, el de los patriotas, que quería que Cartago tuviese, como Roma, un gobierno democrático y un ejército nacional para resistir las amenazas de Roma.
Los aristócratas además temían la guerra porque perjudicaba a su comercio. Se desembarazaron de Amílcar enviándolo a capitanear una expedición en España.
Amílcar conquistó España hasta el Ebro y fundó un verdadero
reino cartaginés del que era jefe. Tuvo su capital en lo que
llamó Cartago Nova, hoy Cartagena. Tuvo un ejército suyo, bien
instruido y disciplinado, del que podía hacer lo que quería.
Después de su muerte, su hijo Aníbal heredó el mando y el
ejército (220). Aníbal tenía entonces 27 años.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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