GUERRA EN EL ALTO DANUBIO: Bajo el reinado de Marco Aurelio, una invasión de cuados y marcomanos pueblos de Moravia y de Bohemia, se dirigió a Grecia e Italia y penetró en ellas.
El terror fue grande en Roma. El emperador vendió las joyas imperiales para reclutar tropas, y se puso a la cabeza de la expedición. Fueron necesarias varias campañas para rechazarlos y hubo que fortificar sólidamente la ciudad de Viena (capital de Austria) para vigilarlos.
GUERRAS EN EL BAJO DANUBIO: En la parte de allá del Danubio, en la región que corresponde hoy a Transilvania y a Rumania, Vivian los dacios, pueblo tan fiero como los germanos.
Invadieron el imperio en tiempo de Domiciano, que no pudo contenerlos. Trajano para atacarlos útilmente, empezó por construir una carretera que seguía el Danubio y cuyos restos se ven aún en el flanco de las rocas que orillan el río, en el celebre desfiladero de las Puertas de Hierro. Después hizo construir a la salida del desfiladero, un colosal puenteo de piedra, de más de mil cien metros, que le permitió penetrar en Dacia.
La guerra duró cinco años (101-106) ; la capital de los dacios fue tomada, su rey Decebalo se dio muerte, y el país quedó siendo provincia romana. Esta provincia de la parte allá del río, fue como una fortaleza poblada de colonos romanos a los que debe su nombre y su lengua el pueblo actual de Rumania.
GUERRAS EN ORIENTE: Los
caballeros partos tenían persistente empeño en pasar el Éufrates.
Vencedores de Craso y después de Antonio, las derrotas no los
hicieron nunca decaer.
La guerra fue continúa contra ellos. En tiempo de Nerón, el
general Corbulón deshizo muchas veces; Vespasiano,
Trajano y Marco Aurelio hubieron de organizar nuevas
expediciones contra ellos. Aprovechando la oportunidad que
ofrecían esas campañas, menudearon las insurrecciones en
oriente.
La más célebre es la de los judíos, vencidos por Tito,
después del memorable sitio que recuerdan los bajos relieves de
su arco de triunfo en Roma, y cuyo resultado fue la destrucción
de Jerusalén y la dispersión de aquel pueblo. Mientras las
legiones peleaban encarnizadamente en las fronteras, las
provincias, administradas con justicia por los emperadores,
gozaban de los beneficios de la paz romana.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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