LA ÁGORA
La asamblea del pueblo, en la que reiné Pericles, se celebraba
en una colina frente al Acrópolis, en el Pnix, o bien en
las faldas mismas del Acrópolis, en el teatro de Baco y, de
ordinario, en el ágora, es decir la plaza del mercado.
Todos los ciudadanos de la población y del campo tenían el
derecho de asistir a ellas. La reunión se efectuaba tres veces
al mes, no contadas las sesiones extraordinarias. Los
atenienses, locuaces por lo general, mataban el tiempo
discurriendo mientras llegaba la hora de la sesión. Llegada
ésta, los guardias escitas, encargados de mantener el orden en
la ciudad, tendían de un extremo a otro del ágora una cuerda
cubierta de polvo rojo, y empujaban a los presentes hacia el
lugar de la asamblea.
Los que acudían tarde, eran también marcados de rojo en la espalda y debían pagar una multa.
La sesión estaba presidida por un comisión del Senado, y empezaba con un sacrificio. Después un heraldo leía la proposición de ley preparada por e Senado, y preguntaba << ¿Quién quiere hablar? >> Los oradores se presentaban y tomaban sucesivamente la palabra subiendo sobre una plataforma de piedra desde donde podían ser vistos y oídos por todos. El pueblo, ávido de elocuencia, escuchaba los debates con pasión y después votaba levantando las manos. Su decisión no tenía apelación.
PERICLES
Por lo común, los bastos antiguos, aunque llevan grabado el
nombre de la persona que representan son obras caprichosas. El
de Pericles es uno de los pocos que se exceptúan. Tiene
cabellera abundante y rizada; la cara, rodeada de una barba
espesa, es regular y denota gravedad y nobleza. El labio
inferior es un poco grueso. — Obsérvese la visera levantada de
casco: bajada, cubría la completamente la cara en los ojos, sólo
tiene dos huecos.
|
|
![]() |
LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
|
![]() |
||
![]() |