LAS DOS FLOTAS: EL TRIRREME
Jerjes había comprendido tan bien como los griegos, que la
suerte de la guerra tenía que decidirse por mar. En efecto, los
griegos podían cortarles por mar las comunicaciones con Asia y
sacar de las islas refuerzos y víveres.
Organizó pues, en sus provincias marítimas una armada de 1,200 barcos a la que en apariencia nada podría resistir. Dejó en sus barcos los remeros nacionales y confió la dirección de la maniobra a los marinos fenicios, mientras que la dotación de combate se componía de soldados persas. Esas tripulaciones tan diferentes no maniobraban de consuno, y ello era una verdadera debilidad. Además, compuesta de elementos diferentes, esa flota apenas se había ejercitado en las evoluciones de conjunto. Los fenicios que la mandaban, eran excelentes marinos de comercio, que no habían tenido oportunidad de instruirse en la guerra marítima.
En Grecia, por el contrario, un hombre de estado perspicaz como Temístocles había decidido a los atenienses a construir una flota de guerra, en previsión de una nueva invasión. << No estamos, decía, en estado de resistir por tierra ni aun a nuestros vecinos, mientras que con fuerzas marítimas podríamos rechazar a los bárbaros y mandar en Grecia. >> Temístocles, que era jefe de los demócratas, fue combatido por Arístides, jefe de los aristócratas y renombrado por su virtud y su justicia, pero hombre corto de ideas y enemigo de lo nuevo, que temía la transformación de Atenas en estado marítimo, el abandono y la ruina de la agricultura, y la invasión de la ciudad por los marinos y comerciantes extranjeros. Los atenienses pusieron término a esas rivalidades desterrando a Arístides mediante un voto de ostracismo. Temístocles hizo entonces consagrar tos fondos de las recaudaciones públicas a la construcción de 200 trirremes.
UN TRIRREME
Debajo del puente se ven los alojamientos de los remeros representados en el bajo relieve precedente. La vela que en este grabado se distingue por los cuadros es la única que se usaba en estos bajeles. El trirreme debía medir como máximo 40 metros de largo, poco más o menos la longitud de las cañoneras empleadas en las costas, que son los barcos de guerra más pequeños. Su altura de la quilla al puente era de 3 metros y medio. Estaba tripulado por unos 200 hombres, podía andar 18 kilómetros por hora.
Hasta entonces los atenienses sólo armaban galeras de 50 remos,
y de aquí el nombre de pentecontores, bastante ligeras
para que pudieran sacarse a tierra todas las noches, y, por
consiguiente, bajeles costaneros y no de alta de mar. Por el
contrario, el trirreme reunía las dos condiciones.
Era un navío largo, con una punta de metal en la proa llamada espolón, y movido por 550 remeros dispuestos en tres puentes y en filas de 25 hombres en cada costado. Además, estaba provisto de velas cuadradas, Su velocidad podía alcanzar 9 o 10 nudos por hora — unos 18 kilómetros; — sus formas esbeltas hacían que las maniobras fueran muy fáciles. Sólo su altura fuera del agua era un peligro en caso de tempestad; pero los griegos no navegaban durante las malas estaciones.
El trirreme comprendía unos doscientos hombres de dotación,
divididos en tres categorías los remeros, los marinos y los
soldados de desembarco. Estos se colocaban sobre el puente y
desde allí acribillaban de flechas al enemigo, esperando el
momento del abordaje.
Los 200 trirremes de Atenas fueron tripulados únicamente por
atenienses, pues los remeros se reclutaron entre los ciudadanos
de la 4ª clase que no servían en el ejército por falta de dinero
para equiparse.
Las tripulaciones estaban, pues, bajo el mando
de los comandantes de trirremes o trierarcas. Esta flota,
ejercitada en las maniobras de conjunto, con la disciplina
inteligente que caracterizaba a los atenienses, tuvo una
potencia ofensiva considerable, y a ella correspondió la
gloriosa victoria de Salamina.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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