LOS DOS EJÉRCITOS
Los griegos, aunque inferiores a los persas, debieron sus
victorias sobre éstos a la calidad de sus soldados y a la
superioridad de su armamento. El griego estaba, desde su más
tierna edad, acostumbrado a los ejercicios corporales; los
juegos para desarrollar la fuerza y la agilidad formaban la base
de su educación.
Llevaba sin fatiga la pesada armadura de bronce; con la coraza
se escudaba el pecho, y el casco de visera le cubría casi
completamente la cabeza; por último, manejaba, con un gran
conocimiento de la esgrima, la espada y la lanza, sus armas
familiares.
El ejército griego se componía de hoplitas avezados, como los de
Esparta, a cargar al enemigo en línea. Su manera de combatir era
algo análoga a la carga a la bayoneta. Dejaban el arco a las
tropas auxiliares y usaban poco la caballería, casi inútil en
aquel país montañoso. Su fuerza residía sobre todo en la
disciplina y en la ciencia de las maniobras, y esa fuerza la
duplicaba el ánimo que infunden a ciudadanos libres el
sentimiento del honor y el patriotismo.
El ejército del rey de Persia se componía principalmente de
arqueros y de caballería. Lanzaban sus flechas de lejos,
resistían mal al choque del enemigo, y no sabían atacar en orden
cerrado. Con malas armas defensivas y escudos tejidos de mimbre,
mal podían defenderse en los combates cuerpo a cuerpo. Sus picas
eran más cortas que las de los griegos. Se hacían matar en
pequeños grupos sobre el frente de la falange griega. Cuando el
enemigo rompía el centro, donde estaban los Inmortales de la
guardia, tropa toda escogida, las alas se desbandaban en
seguida.
Su caballería era temible; pero no era posible utilizarla como
se debía en las estrechas llanuras de Grecia. Por último,
aquellos soldados no eran ciudadanos que combatían por sus
hogares, sino súbditos, casi esclavos, que batallaban por la
gloria de un señor temido y frecuentemente odiado. Su mismo
número era una causa de debilidad, porque a más de que la
disciplina no era fácil de mantener en la multitud compuesta de
hombres de todos los países, Persia, India, Asiria, Cáucaso,
Arabia, Egipto, Abisinia y Nubia, que no hablaban la misma
lengua, era extremadamente difícil abastecer, alimentar y
acantonar tantos millones de hombres.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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