GUERRA DEL PELOPONESO
Esta guerra se puede dividir en tres períodos: 1.º guerra de los diez años, 2.º expedición de Sicilia, y 3.º guerra de Decelia.
I. Los espartanos se limitaron desde luego a invadir y asolar el Ática, mientras que los atenienses se dieron a saquear las costas del Peloponeso, según el plan de Pericles, que quería que Atenas no se cuidara de conquistas territoriales y se hiciera completamente dueña del mar. Por causa del hacinamiento de gente que hubo en Atenas, hacinamiento debido a los, numerosos campesinos que temiendo a las incursiones del enemigo fueron a refugiarse allí, se declaró una peste terrible, de la cual murió Pericles, y que diezmó la población (429).
El curtidor Cleón, hombre nuevo, sucedió en el favor popular al célebre orador y político; el ataque por sorpresa, decidido a Instancias de Cleón, valió a los atenienses la captura de 300 espartanos y la ocupación de la isla de Esfacteria, en la costa oeste del Peloponeso. Esparta, para vengar el descalabro, se propuso sitiar por hambre a Atenas, y con este fin ocupó la Tracia, que era el granero de aquella ciudad. El general espartano Brasidas tomó a Anfipolis, y Cleón, que había partido para recobrarla, fue vencido por el espartano, pereciendo con su adversario en la batalla. Entonces se firmó la paz de Nicias (421), por la cual los dos estados se restituían sus respectivas conquistas.
II. Los atenienses se apasionaron entonces por un sobrino de Pericles, llamado Alcibiades, el más rico y hermoso de los griegos, al que sus excentricidades, más aun que sus cualidades, hicieron popular en aquel pueblo de desocupados. Su ambición lo llevó a soñar con grandes proyectos y a persuadir a los atenienses que se dominaría a Esparta conquistando las ciudades dóricas de Sicilia y haciéndose dueños del mar y d las costas. Los súbditos de la ciudad de Siracusa, la más poderosa de Aquellas ciudades, estaban a la sazón amotinados. Atenas resolvió sostenerlos, y en medio de un entusiasmo delirante partió una expedición compuesta de 134 barcos y 10,000 hombres (415).
Pero Alcibiades, poco después, acusado de la sacrílega mutilación de las estatuas de Hermes, tuvo que huir, refugiándose entre los espartanos. Su colega Nicias dirigió el asedio con poca actividad. Siracusa pudo recibir de Esparta socorros y un buen general, llamado Guipo, que supo encerrar a los atenienses en sus propias trincheras y transformarlos de sitiadores en sitiados. A pesar de los socorros recibidos, los atenienses fracasaron en el asalto; su flota, bloqueada en la rada, fue destruida; levantaron el sitio e intentaron batirse en retirada, lo cual fue un desastre completo todos perecieron o fueron hechos prisioneros (414).
III. Atenas parecía perdida; su flota había sido destruida y así también su ejército. Esparta había puesto una guarnición en la fortaleza de Decelia, en las puertas del Ática, y negociaba con el partido aristocrático. Movida por un magnífico arranque de desesperación, Atenas reconstruyó una flota. El teatro principal de las operaciones fue el noreste del mar Egeo, porque de Tracia y por el Bósforo los atenienses recibían el trigo.
Alcibíades,
reconciliado con Atenas, reconquistó las costas de Asia y de
Tracia. Desterrado de nuevo, cedió el puesto a Conón que
venció a los espartanos en las islas Arginusas, entre la
isla de Lesbos y la costa de Asia. Los atenienses recobraron
confianza en grado de despreciar la flota que el hábil general
espartano Lisandro había construido con el dinero de los persas,
entonces aliados de Esparta. Lisandro los sorprendió en Egos
Pótamos, en los Dardanelos, y destruyó su flota. Después
pasó a poner sitio a Atenas que, diezmada por el hambre y
traicionada por los aristócratas, se rindió a los peloponenses
(404). Los vencedores le impusieron duras condiciones tuvo que
destruir los Muros Largos y los fuertes del Pireo, entregar sus
barcos, menos doce, llamar a los desterrados y ser aliada de
Esparta.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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