HISTORIA DE LA EDAD MEDIA

HISTORIA DE LA EDAD MEDIA PASO A PASO - IDEAL PARA INICIARSE EN LA APASIONANTE HISTORIA ANTIGUA

PODER DE ESTE REINADO: Al mismo tiempo, Fernando e Isabel se proponía reforzar por todos los medios el poder real y arruinas metódicamente todo lo que podía ser obstáculo al libre ejercicio de su autoridad.

Uno y otro desplegaron en esta obra energía infatigable y celo tan calculado que a veces rayaba en crueldad. Verdad es que lograron por completo lo que quedan, y que España pasó casi sin transición del régimen de libertad anárquica a la monarquía absoluta.

En los primeros años de su reinado, la autoridad real se manifestó en todas partes, y en los últimos años ya se enseñoreaba indiscutiblemente en todo aquel vasto reino. Fernando e Isabel obtuvieron del papa el derecho de designar los obispos, lo cual equivalió a poner el clero español bajo la dependencia de los reyes (1482); establecieron en todas las ciudades magistrados reales, llamados corregidores, que en breve fueron omnipotentes y se apoderaron de la administración municipal.

Las Cortes no se suprimieron, pero las convocaron raramente y estuvieron subordinadas al Consejo Real. El mismo Justicia Mayor de Aragón, disminuidos sus poderes, se transformó en dócil funcionario del rey.

El poder y la arrogancia de la nobleza quedaron completamente quebrantados. Fernando e Isabel subordinaron a su autoridad, casi sin consideraciones ni miramientos a los más grandes señores del reino; por haber, atacado a un agente del fisco, el gobernador de Salvatierra, que dependía del duque de Alba, fue ahorcado en el mismo lugar de la agresión. Y como los campos estaban asolados por los caballeros merodeadores, y el viajero temía transitar por tan inseguros caminos.

 Los reyes para poner término a las exacciones, agruparon, villas y poblados en una Santa Hermandad, cuya dirección se reservaron, y que armó una policía permanente de dos mil arqueros. El castigo de los culpables que caían en sus manos era inmediato y terrible los pies cortados o la muerte. « Se hacían verdaderas carnicerías de hombres, escribe el médico del rey Fernando; se cortaban pies y manos; hombros y cabezas, sin velar el rigor de la justicia. »