Ahora bien, en el siglo XII, la necesidad de dinero y la idea que una mejor disposición de los bienes sería provechosa para sus intereses, disposición que se resumía en dejar al labrador que trabajara en paz y de buen grado, indujeron a los señores a vender o a conceder libertades a sus siervos. Y fueron numerosos los que compraron su emancipación, o por lo menos el derecho de contraer matrimonio donde y como les pareciese bien. De la misma manera obtuvieron que los impuestos en lugar de ser arbitrarios, se establecieran invariablemente, como lo estaba ya la cifra del censo.
Los paisanos libres obtuvieron concesiones parecidas, reducciones de tributos y censos y, por último, exenciones parciales del servicio militar. De aquí, que la población del campo progresara al mismo tiempo en que los habitantes de las ciudades adquirían franquicias y libertades a su vez.
HABITACIÓN DE LUGAREÑO EN EL SIGLO XIII.
Una alta chimenea con chapa de fundición que protege la pared
del hogar. En el rincón de la derecha está el fregadero con
diferentes vasos. A la derecha, la ventana con dos poyos de
piedra hechos en espesor del muro. La viga maestra así como las
otras del techo, son aparentes como lo son hoy en la mayor parte
de las habitaciones de los campesinos. La lepra, frecuente en la
Edad Media, es contagiosa, y de aquí que se aislase a Los que la
padecían en casas especiales, de las que no salían más.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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